Un trastorno psicosomático es cualquier alteración física o fisiológica que tiene su origen en factores psicológicos, no encontrando así ninguna causa física que lo justifique. Es decir, hay un conflicto psicológico que desencadena una sintomatología física. Cuando decimos que una persona "somatiza" se suele entender como que está expresando físicamente su malestar psicológico.
En general, es habitual que lo psicosomático abarque la combinación de factores biológicos, ambientales, sociales y psicológicos.
Para entender la naturaleza de los trastornos psicosomáticos es muy importante entender la conexión mente-cuerpo. Esta es bidireccional, es decir, que la mente influye en el cuerpo y viceversa. Funcionan como un todo integrado e indivisible. Por esto siempre conviene tener en cuenta la gran influencia de los conflictos psicológicos en las enfermedades físicas y viceversa.
En general las personas que padecen algún trastorno psicosomático, presentan síntomas que no pueden ser atribuidos a ninguna enfermedad física por parte de los especialistas. Pero es importante entender, que la persona no inventa ni provoca sus síntomas de manera consciente. Sus síntomas son reales.
Por otro lado, también se incluyen en los trastornos psicosomáticos aquellas enfermedades orgánicas en las que los factores psicológicos juegan un papel muy importante, ya sea en su inicio, evolución o intensidad.
Los trastornos psicosomáticos más frecuentes son: